divendres, 23 de novembre del 2012
dijous, 22 de novembre del 2012
De la autora de Doña Pito Piturra...¿ Quién se acuerda de su nombre ?
EL CAMELLO COJITO
(AUTO DE LOS REYES MAGOS)
El camello se pinchó
Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino.
Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino....
E intranquilo el gran Melchor
Consultaba su "Longinos".
-¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!
-son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido-.
El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!
Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
Le hace cosquillas al Niño.
(AUTO DE LOS REYES MAGOS)
El camello se pinchó
Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino.
Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino....
E intranquilo el gran Melchor
Consultaba su "Longinos".
-¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!
-son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido-.
El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!
Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
Le hace cosquillas al Niño.
Molt curiós.Per a investigadors amb paciència.Manuscrits antics de qualsevol cosa.http://www.wdl.org/
divendres, 9 de novembre del 2012
dijous, 8 de novembre del 2012
dimarts, 6 de novembre del 2012
POMPEYA
LA CIUDAD
UBICACIÓN Y RELIEVEEsta ciudad está ubicada en Campania, en el sur de Italia, construida a unos 6 Km. al sur del volcán Vesubio, y a unos 19 Km. al sureste de Nápoles. Fue fundada alrededor del 600 a. C., en la desembocadura del río Sarno. Su situación económica era bastante próspera, porque se encontraba en un valle, lo cual le permitía una ciudad comercial y servir como puerto marítimo para las ciudades del interior. Esto no se puede apreciar en la actualidad, porque debido a la gran erupción del año 79 d. C., el curso del Sarno cambió y el nivel de las aguas subió, por lo que la distancia entre el río y el mar aumentó ostensiblemente.
CONSTRUCCIONES Y CALLES
Pompeya, comparada con Roma, era una ciudad muy pequeña. Sin embargo, todo indica que era muy agradable vivir ahí. Pese a ser pequeña, tenía todas las comodidades de una gran ciudad, como baños públicos, e incluso tenía un Anfiteatro, para las luchas de los gladiadores. La Arquitectura pompeyana siempre ha sido caracterizada por ser una especie de transición entre las construcciones griegas y las romanas, una especie de mezcla.
La mayoría de las personas vivían en casas pequeñas, pero esto no significa que tuvieran una “mala vida”; por el contrario, los arqueólogos afirman que, a juzgar por los mosaicos y los frescos que decoraban las casas, los ciudadanos disfrutaban de una agradable vida.
Uno de los lugares más agradables de la casa era el patio, que se encontraba en el centro de la casa. Normalmente, en el centro del patio había una fuente, y era en este lugar fresco y acogedor donde la familia y amigos se reunían y conversaban antes de pasar al comedor.
SOCIEDAD
Como ya lo mencioné, esta ciudad tenía todas las características de una GRAN ciudad. Por ejemplo, en la calle di Nola está la casa de un banquetero que pintó en sus paredes algunas escenas del terremoto del año 62, que causó un gran daño a la ciudad; en la misma calle está la casa de los gladiadores, donde se entrenaban para sus actuaciones; en otra calle había una panadería y pastelería, con su correspondiente horno, estantes y molino; había también un prostíbulo, con algunas características llamativas: Había 5 habitaciones grandes, para los “buenos clientes”, y otras 5 para “el resto”; en el lugar donde se “exhibían” había una referencia escrita de las habilidades de cada una, y los usuarios podían escribir en las paredes su opinión respecto al servicio...
También había una tintorería, cuyo dueño se estaba presentando para las elecciones locales; había un taller de calzado, una taberna, un hospital, una industria de vidrio, cementerios, etc. O sea, era una sociedad como las que conocemos ahora, con todos sus servicios básicos, y muy estable.
LA ECONOMÍA
Como ya lo mencionamos, existían muchos negocios en Pompeya: Había
industrias, amasanderías, restaurantes, licorerías, tintorerías, etc. Había
muchas fuentes de trabajo, y se puede decir que vivían bastante bien. Debemos
recordar que para el Imperio Romano los negocios eran tan importantes como las
guerras, y que el principal canal comercial del Imperio era el Mar
Mediterráneo. A través de éste, Pompeya comercializaba sus principales
productos, que eran la lana, el vino y el aceite. Pompeya, al igual que todo el
Imperio Romano, importaba muchos cereales de África y Asia. Al tener un puerto
servía como “escala” para muchos de los embarques hacia adentro y hacia fuera
del Imperio. Además, la ciudad estaba construida en un valle, lo que permitía
mucha agricultura y la instalación de industrias “primitivas”.
EL DESASTRE
Todo empezó el 20 de agosto del año 79 d. C., cuando la paz de los campos y
las ciudades que rodeaban al Vesubio fue perturbada por violentos y continuos
temblores que causaron alarma, pues los habitantes aún recordaban el nefasto
terremoto del año 62 d. C., que dejó todas las construcciones por los suelos.
En esta época la ciudad aún estaba siendo reconstruida, el sistema de agua no
funcionaba al 100%, y la ciudad estaba cayendo en una depresión económica. Pero
estos temblores, en una zona siempre sometida a movimientos sísmicos, no
causaron demasiado impacto. Por eso, el día 23 todos volvieron a sus vidas
normales, y comenzaron a reparar los daños que habían causado estos temblores.
Pero la mañana del día 24 fue distinta a las demás: Amaneció con un silencio
casi sobrenatural. Los pájaros no cantaban en las huertas, los perros ladraban
y aullaban sin motivo, los caballos y el ganado se mostraban terriblemente
inquietos. De pronto, un sonido horroroso, como un trueno multiplicado miles de
veces, se dejó oír desde lo más alto del Vesubio, que había estado inactivo por
más de 1000 años. Se elevaron columnas de fuego, y una lluvia de ceniza
volcánica y piedras de todos los tamaños comenzó a caer sobre los habitantes.
El cielo se oscureció por la nube de cenizas y polvo, y entre las personas
cundía el pánico. Cuando los alrededores comenzaron a inundarse de torrentes de
agua hirviente, los pompeyanos comenzaron a correr a sus casas, para intentar
huir con sus pertenencias más valiosas. En Herculano cayó una gran ola
de barro que hizo que sus habitantes arrancaran casi por instinto, sin siquiera
pensar en rescatar algún objeto preciado. En Pompeya las personas perdieron
tiempo tratando de salvar sus posesiones, e incluso había personas que tenían
la esperanza que la catástrofe no destruyera la ciudad. Así, miles de personas
quedaron atrapadas en sus casas, y murieron asfixiadas, o simplemente
enterradas vivas. Un relato escrito real del desastre: “Cuando comenzamos a escapar cayó la oscuridad; no como una noche nublada sin luna, sino como cuando una lámpara se extingue en un cuarto cerrado. Se oía el gemido de las mujeres, el llanto de los niños y los gritos de los hombres. Unos buscaban a sus padres, unos a sus hijos y otros a sus mujeres. Intentaban reconocerse por el sonido de sus voces. Algunos se lamentaban de su suerte, o de la de sus seres queridos; otros pedían la muerte. Muchos alzaron las manos hacia los cielos, pero la mayoría pensó que ya no había dioses y que la oscuridad había descendido para siempre sobre el mundo”
Se estima que unas 2000 personas murieron en la ciudad, pero muchos miles más fallecieron tratando de escapar, en los caminos que se dirigían hacia las afueras de la ciudad. Unas cuantas horas después, Herculano y Pompeya desaparecieron, y serían encontradas sólo después de 1600 años.
ARQUEOLOGÍA
LAS PRIMERAS EXCAVACIONESLa primera persona que excavó las ruinas de Pompeya fue un militar de Zaragoza, llamado José Joaquín de Alcubierre. En el año 1748, Joaquín intentó entrar con su equipo la capa de lava que cubría a Herculano. Más tarde desvió sus investigaciones hacia Pompeya, y Carlos III, el Rey en ese año, lo apoyó con mucho entusiasmo. Sus excavaciones duraron 32 años, en los cuales destapó los edificios más importante de la ciudad. Pese a esto, fue muy criticado por su durísimas persecuciones y condenas a los ladrones de arte que entraban en la excavación.
En el año 1863 el arqueólogo Giuseppe Fiorelli inventó un método para conservar los cuerpos de los habitantes de Pompeya: Cuando el arqueólogo está excavando, se da cuenta que hay una cavidad, en cuyo interior se encuentran restos humanos con su forma natural; entonces, por el agujero derrama yeso líquido. Como esta cavidad conserva la forma original del cuerpo, al solidificarse el yeso queda con la forma del cuerpo, como la foto que vemos en la parte superior. Algunas de estas figuras se exponen en el museo construido en Pompeya, cerca de Porta Marina, una de las ocho puertas de la ciudad.
En 1912, en una calle que unía la strada dell' Abbondanza con el anfiteatro se encontraron varias casas, cada una con un balcón en el primer piso, de 6 m de largo por 1,5 m de ancho. Los ataques aéreos durante la II Guerra Mundial dañaron gravemente algunas de las ruinas que han sido restauradas. Continuamente se realizan más excavaciones. Aún queda una cuarta parte de la ciudad sin excavar, y la mayor parte de la zona continúa sepultada por tierra amontonada durante las excavaciones más antiguas.
Entre los aspectos más importantes de los descubrimientos destaca el grado de conservación extraordinario de los objetos encontrados. La lluvia de cenizas húmedas que acompañó a la erupción formó un sello hermético sobre la ciudad, conservando muchas estructuras públicas, templos, teatros, termas, tiendas y casas particulares. Además, entre las ruinas se encontraron los restos de más de 2.000 víctimas del desastre, incluidos varios gladiadores encadenados para que no se escaparan o se suicidaran. Las cenizas, mezcladas con la lluvia, se depositaron alrededor de los cuerpos, tomando su forma y éstos se conservaron aún después de que se convirtieran en cenizas.
LA DAMA DE LOS HUESOS
Uno de los personajes más míticos en cuanto a la arqueología de Pompeya es
la estadounidense Sara Bisel, más conocida como La Dama de los Huesos:
esta mujer inició los trabajos que le hicieron famosa en Herculano, y la razón
de su fama es que con tan sólo un hueso es capaz de sacar increíbles
conclusiones. Por ejemplo, el hueso de la izquierda es un hueso pélvico. Bisel,
sólo con este hueso, es capaz de decir que perteneció a una joven de unos 27
años que tuvo 2 ó 3 hijos... increíble. Ella ha pasado muchos años de su vida
juntando fragmentos de huesos de personas muertas a causa de la erupción del
Vesubio.
CONCLUSIÓN
Después de hacer este trabajo me di cuenta de lo valiosa que es esta ciudad,
incluso después de “muerta”. Aunque ya había oído hablar de ella, no sabía
tanto como sé ahora. Y también me doy cuenta que Pompeya ha sido menospreciada,
pues la gente no se da cuenta cuán valioso es ese tesoro arqueológico. Sin
embargo, está la esperanza que los proyectos funcionen, y que no se siga
destruyendo la ciudad.Me sorprendió lo avanzada que estaba la ciudad, y lo poderosa que puede ser la erupción de un volcán, que fue capaz de sepultar dos ciudades completas.
Resumiendo, quedé bastante satisfecho con lo que hice, ya que logré aprender más sobre esta legendaria ciudad, y los esfuerzos que se hacen para salvarla. Es de esperar que no tengamos que lamentar nuevamente la pérdida de esta ciudad.
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